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Adiós al miedo

  • Foto del escritor: Chetana
    Chetana
  • 22 jun 2023
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 21 ago 2023


Recuerdo escuchar de mi madre contar la historia de aquella vez que mi prima estaba molestando a mi hermana. Yo simplemente dejé lo que estaba haciendo y trepé al sillón, pasando muy tranquilamente por detrás de mi padre y me posicioné en la codera del sillón, tomé vuelo y salté sobre mi prima tirándola de los cabellos al suelo y distrayéndola de su malévola intención de seguir molestando a mi hermana. Esa historia siempre me hace reír y me genera satisfacción, pues aquellas primas podían ser odiosas.


Esta historia me hace reflexionar en lo poco paciente que soy, nunca fui muy buena con las palabras, siempre tiendo a ir por la acción o, mejor dicho, reacción.

Recuerdo que durante las tareas escolares, mi madre tenía que pasar más tiempo con mi hermana, yo no quería distraerlas pues ya se las veía estresadas, entonces yo hacía mis tareas sola, y a muy temprana edad me volví independiente. Recuerdo elegir mi ropa y vestirme sola desde que tenía 5.


Un par de días antes de cumplir 5 años mi bisabuela falleció, ella era lo mejor que tenía en ese momento y al irse ella, mi independencia se acentuó más y creó más distancia entre mi madre y yo.


A esa edad comencé a tener conciencia de mi vida. Recuerdo presenciar cómo mi padre regañaba a mi hermana por "portarse mal", en ese momento pensé que era muy fácil portarse bien y satisfacer a mi padre, solo tenía que hacer lo opuesto a lo que hacía mi hermana, o lo que se esperaba de mí y se suponía debía hacer una niña buena. Entonces, hacer sentir orgulloso a mi padre con mis buenas acciones se convirtió en algo que me llenaba de satisfacción.

Conforme fui creciendo, las expectativas sobre qué debía hacer con mi vida también fueron creciendo, ya no era solo hacer sentir orgulloso a mi padre.


A mi cabeza habían entrado cantidad de ideas sobre: ¿Qué es una buena persona? ¿Cómo se debe comportar una buena persona? ¿Cómo una buena persona se convierte en una persona exitosa? ¿Qué es el éxito? ¿Qué es ser una mujer exitosa? ¿Cómo contribuye una persona exitosa a la sociedad? ¿Qué debo estudiar para convertirme en esa mujer exitosa que quiero ser?


Se había fijado en mí que me convertiría en esa mujer exitosa que veía en los anuncios de televisión. Así que dejé de lado mi deseo de estudiar psicología o veterinaria para estudiar administración de empresas, decidido después de una breve conversación con el tío que en ese momento era mi más cercano referente de éxito. Al poco tiempo, ese tío se divorció, su negocio quebró y mi relación con él se perdió.


Pero eso le pasó a él, a mí no me pasaría lo mismo porque yo haría las cosas bien. Hacer las cosas bien en mi mundo, en mi cabeza, significaba hacer las cosas que se esperaban de mí.

En la universidad, todos mis amigos empezaron a trabajar en seguros, en mi cabeza pensaba que eso significaba vender seguros de puerta en puerta y solía pensar que ese trabajo no era para mí (mi gran ego), pero, si algún día llegaba a trabajar en esa industria, tendría que ser en la empresa del perrito. Ninguna otra era suficientemente buena para mí. Al poco tiempo de haber hecho esa declaración, las coincidencias me llevaron a trabajar en esa empresa. Comencé desde una posición ejecutiva y poco a poco fui creciendo. Obviamente, porque "sabía hacer bien las cosas". Administraba una de las carteras más importantes para la compañía. Claro, porque "sabía hacer las cosas bien".


Me convertí en workaholic, en ese entonces nadie se iba antes de que saliera el jefe, y el jefe podía tomar su tiempo y a las 6 de la tarde decidía que quería revisar algo sobre tu cartera. En realidad, mi compulsión por la perfección y por hacer las cosas bien empataba con el tipo de trabajo. Así que me acostumbré a dedicar 12 horas de mi día a mi trabajo, en varias ocasiones debía pasar la noche en la oficina para cumplir con los tiempos de los concursos. Nunca trabajé por dinero, sino por el reconocimiento a lo que hacía, nunca me gustó ser esa persona de ventas que anuncia a los 4 vientos que ganó una cuenta nueva. Eso no va conmigo. Sin embargo, en el negocio de las ventas, eso es lo que te hace llegar más rápido a posiciones de dirección. Mi conflicto con eso era permanente, alardear sobre ello para conseguir una posición era muy denigrante. Algo dentro de mí me seguía molestando, no era feliz con los logros alcanzados, no era feliz con mi pareja, ¡no me sentía feliz! Me ahogaba y no sabía qué hacer con mi vida.


Así pues, llegó la pandemia y Sadhguru seguía resonando en mi cabeza desde aquella vez en que un momento de desesperación por cambiar mi situación apareció en YT mientras buscaba consejos para mudarme a Canadá. Pensaba que si cambiaba mi lugar de residencia y retomaba ese sueño infantil de estudiar artes, encontraría la felicidad que tanto anhelaba.

Después de agotar el contenido de Sadhguru en la YT, decidí ir por Ingeniería Interior en línea, ya que por la pandemia el programa tenía 50% de descuento. Además, quería dar ese siguiente paso en mi espiritualidad después de escuchar a Sadhguru decir que debíamos aprovechar la pandemia para ser mejores personas. Desde el día 1 que escuché hablar a Sadhguru, algo me cautivó, todo lo que decía tenía una lógica impecable, era imposible para mi pequeña mente refutar algo que él dijera. Así que decidí tomar ingeniería interior online en octubre de 2020.


Al finalizar el programa vi los anuncios de Sadhanapada, era lo que había soñado toda mi vida, necesitaba la claridad, el balance y reenfocar la intensidad que naturalmente vivía en mí. Además, ser voluntaria para una causa tan noble era algo que resonaba conmigo. El programa de IEO estaba tan bien estructurado que no parecía haber ningún truco. Me animé y apliqué a SP, pero resulta que para poder aplicar debía tener el completamiento de Shambhavi Mahamudra Kriya, mi sueño se venía abajo, pues en ese entonces Shambhavi solo se otorgaba de forma presencial, el centro más cercano era Tennessee y estaba cerrado por el COVID. No había forma. Poco después llegó la maravillosa noticia de que habría Shambhavi Online, el primer programa de completamiento Online.


Debía ser la primera en inscribirme, me enviarían el link cuando estuviera el registro abierto y revisaba mi correo cada 2 horas para no perder la oportunidad, porque seguro se llenaría rapidísimo. Después de mucho batallar, logré hacer el registro. Desde ese momento, solo pensaba en lo mucho que Shambhavi aportaría a mi vida. Un día fui a hacer hiking al cerro del Ajusco con unos amigos y mi querido perro. Estando en la cima, había una roca muy empinada que el supuestamente "valiente y feroz" perro de 30 kilos no quería bajar, y me posicioné para ayudarlo, pero no me di cuenta de que mi pie no estaba bien apoyado en el suelo, y tuve un esguince de 2do grado un día antes de hacer Shambhavi. Pero ni el esguince me detendría de llegar a donde me había dispuesto a llegar.


Con todo y esguince, concluí mi mandala de Shambhavi. Al poco tiempo de hacer Shambhavi, me di cuenta de todo lo que aquello que pensaba que era ser una buena persona, era solo una GRAN mentira. Lo único que había de fondo era miedo, un enorme MIEDO. Miedo a no cumplir con las expectativas que yo misma me había impuesto: ser una buena hija, una buena hermana, una buena pareja, una mujer exitosa, una buena lo que sea, y en realidad, lo único que había conseguido con eso era todo lo contrario.


En ese momento decidí que el primer paso para conseguir lo que quería era dejar mi trabajo. En mi mente, dejar un trabajo con "tantos supuestos beneficios" era una locura, era algo estúpido y algo que no había imaginado hacer ni en el más loco de mis sueños, simplemente no me creía capaz de encontrar algo mejor o más significativo en mi vida. Y lo que he encontrado en este lugar ha cambiado mi vida. Aún sigo en India, he encontrado un nuevo significado a mi vida y he decidido hacer lo que esté en mis manos para hacer llegar a más personas las herramientas que Sadhguru nos comparte, especialmente a las personas de habla hispana.

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