El mejor regalo

"Cúrate mi niña con amor del más bonito, recuerda que tú eres la medicina." Frida Kahlo

Mi nombre es Jisleidis Cedeño, soy de Ecuador y estoy a punto de cumplir 18 años.

Conocí a Sadhguru a través de mis tíos, quienes siempre compartían historias sobre seminarios o citas diarias de Sadhguru. Me despertaba curiosidad, pero no me atrevía a profundizar en ello.

Mi viaje comenzó cuando tenía 15 años y mis padres se separaron. Fue una situación difícil, ya que me involucré mucho tratando de evitar la separación, pero fue algo inevitable y salí muy decepcionada. Mis tíos hablaron con mis padres y acordaron que viviría con ellos durante un año, para cambiar de ambiente y alejarme de los problemas de los adultos. Así fue como tuve la oportunidad de vivir con mis tíos y comenzar a experimentar cosas que nunca creí posibles, especialmente con las prácticas gratuitas que ofrece Isha, en particular Isha Kriya. 

Con el tiempo, quince probar más, así que empecé a hacer Yoga Namaskar, prácticas para el cuello, Yoga para la alegría y Nadi Shuddi - las hacía según mi disponibilidad. Antes de comenzar las prácticas, sufría constantes dolores de cabeza, pensamientos muy intensos, mi período menstrual era irregular y me enfermaba con frecuencia para mi corta edad. Tenía demasiados cambios y responsabilidades a mi cargo.

Cambiar de ciudad implicaba cambiar de colegio. Los cambios me ponían un poco tensa y triste, pero no solo fueron cambios externos, con ayuda de las nuevas prácticas también experimenté cambios internos, en cómo me sentía. Tenía más energía para resolver situaciones, mejor concentración en mis estudios y una mejor relación con mis maestros y compañeros. Mis dolores de cabeza desaparecieron, mi período menstrual comenzó a normalizarse. Los médicos me habían diagnosticado ovarios poliquísticos, pero desde que comencé con las prácticas e Ingeniería Interior, eso desapareció. Al final, nunca tuve ese problema; toda mi irregularidad era psicológica y hasta el día de hoy mi salud es estable. Me estaba auto-creando enfermedades.

Luego me mudé con mis abuelitos, lo cual implicó un gran reto. Me preocupaba mucho lo que ellos pensaran, especialmente sobre las prácticas que estaba haciendo. Por lo tanto, comencé a dejar de hacer las prácticas. Al principio fueron solo por unos días, luego por una semana, y terminé dejándolas por un mes.

Dejé de darle importancia a mis estudios, mis calificaciones bajaron y me dio mucha ansiedad. Comía compulsivamente, me alejé de mi familia y amigas, y pasaba la mayor parte del tiempo sola en mi habitación. Además, dejé de escuchar a Sadhguru y lo que había aprendido con mis tíos y en Ingeniería Interior. Estaba tan enojada que llegué a cuestionar si este camino era lo que realmente quería, y si hubiera sido mejor no conocer a Sadhguru.

Lo que más me molestaba era que las prácticas me daban tanta claridad, me hacían ver las cosas tal y como son, y eso me asustaba. No quería enfrentarme a lo que realmente sentía. Me enfrasqué tanto en mis problemas, me perdí y me dejé influenciar por el mundo de las apariencias y las cosas fáciles. Pero la semilla ya estaba sembrada, ya estaba ahí, y ahí es donde me di cuenta de que no podía dejar las prácticas, de que la gente podía decir lo que quisiera o mirarme como la rara, pero al final, las prácticas me proporcionaban bienestar.

En noviembre de 2023, mi tía me dijo que estaba disponible en línea la segunda parte de Ingeniería Interior junto con Shambhavi Mahamudra Kriya y esta vez en español. Lo compré con unos ahorros que tenía. Volví a empezar, aunque ya había adquirido el mal hábito de procrastinar, así que no le daba mucha importancia, aunque no me hacía sentir del todo bien hacerlo. Solo me quejaba de que mi vida no estaba llegando a ningún lado.

Otra vez me sentía en el abismo y no sabía qué hacer. Tomé el curso y las prácticas nuevamente, tratando de ser constante, aunque a veces recaía en la indisciplina. Pero con la claridad que me proporciona Sadhguru, a medida que avanzaba en el curso, me comprometía más con lo que realmente quería y me importaba en mi vida. La verdad es que no hay palabras para describir lo que Ingeniería Interior ha causado en mí; solo puedo llorar de felicidad y agradecimiento. Desearía que todo el mundo tuviera esta oportunidad, especialmente los jóvenes.

Cada día trato de trabajar en mí, tomando las situaciones complicadas como oportunidades para aprender y evolucionar, como un mejor ser humano, como una flor de loto. Entendí que no se trata del mundo, sino de mí; que no hay mejor medicina que ir hacia mi interior. Aún estoy trabajando en no poner barreras con la gente, en expresar quién soy y no tener que fingir. Ingeniería Interior es esa luz que necesitamos para que las semillas que hay en cada uno de nosotros empiecen a germinar, y las prácticas son el agua que necesitamos todos los días para empezar a crecer. Ahora solo estoy esperando la iniciación de Shambhavi Mahamudra Kriya.

Gracias a todos los que hacen posible que Ingeniería Interior esté al alcance de todos.

Con cariño, Jis."