top of page

El Yoga y la vida moderna

Actualizado: 29 jul 2024

¿La modernidad nos absorbe o nos absorbemos nosotros?


Uno de mis primeros acercamientos con la cultura oriental fue el ayurveda, en una búsqueda por una alimentación sana y el equilibrio cuerpo-mente-energía. Fue aquí donde me di cuenta de que el cuerpo es una herramienta que requiere cuidados, fortalecimiento y atención para aprovecharlo al máximo y disfrutar la vida plenamente.


Pero no fue hasta que comencé con las prácticas de Hatha Yoga Clásico, específicamente Yogasanas y Angamardana, que experimenté un nivel más elevado de conciencia sobre el cuerpo. Durante mi estancia en el Centro de Yoga de Isha en Coimbatore, decidí aprovechar al máximo y tomé los talleres de Yogasanas y Angamardana. La experiencia de aprendizaje y la metodología son muy enriquecedoras, aunque requieren tiempo para comprender completamente.


La flexibilidad y fuerza que sentía era muy diferente a otras prácticas de yoga y a mi actividad cotidiana de escalada. Con el paso de los días, noté que tanto mi fuerza como mi flexibilidad se potenciaron de una forma que nunca antes había apreciado, como si estuviera usando músculos y tendones por primera vez.


La sensación más extraordinaria fue el crecimiento sensorial que experimenté al final de mis prácticas. Realizar Angamardana y Yogasanas seguidas en secuencia y culminar con Shambhavi Mahamudra Kriya me dejaba en un estado de relajación, paz y éxtasis. Estas sensaciones me ayudaron a comprender más sobre el cuerpo y el camino espiritual.


Sin embargo, el mayor reto al que me he enfrentado es la hiperactividad de mi vida social, laboral y cotidiana. A menudo me siento cansado y me cuesta levantarme temprano. Cuando logro despertarme temprano y hacer mi secuencia completa de prácticas, noto una gran diferencia en mi día a día. Mi cuerpo se siente más fuerte, menos tenso, más relajado y flexible.



Tanto Yogasanas como Angamardana me ayudan a aliviar la tensión muscular y de los tendones que se genera durante la escalada. Echo de menos hacer la secuencia completa de las prácticas de yoga y, al menos, una o dos veces por semana hacer Yogasanas o Angamardana por la tarde.


Al escribir estas líneas, encuentro la motivación para retomar estas actividades que tanto benefician a mi cuerpo, tanto física como energéticamente.



Comments


© Coleccionando historias transformasdoras desde 2023

bottom of page