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Reflexiones: Malasia, Singapur y Vietnam

Actualizado: 11 nov 2023

Viajando por Malasia, me encontré con los alojamientos en casas de familia. Vivir en ellos es algo complicado, pero muy especial. Conectas con personas que viven la vida de manera distinta, aprendes de sus historias y se vuelven tus compañeros por unos días.

Se genera un vínculo especial

Sin embargo, en estos espacios es un poco complejo hacer las prácticas, ya que no hay espacios silenciosos y, a veces, tampoco un espacio físico como tal. Además, siempre hay personas, ruido y distracciones.


Tiempo y espacio

Encontrar un tiempo y espacio para realizar las prácticas se volvió toda una curiosidad… desde estar en un parque en Singapur o en una montaña en Vietnam.

Parque en Singapur

El yoga se adentra en mi ser

Aunque no realice las prácticas todos los días, los días que sí, se siente una diferencia

corporal y mental. Y lo que he notado mucho es que la mayor parte del tiempo estoy pensando en alguna forma de sadhana, y este proceso se ha convertido en algo muy natural en mi mente.


Durante mi estadía en el ashram llegué a hartarme un poco de escuchar continuamente cánticos como Shambho, Nirvana Shatakam o algún otro. Ahora, es muy común que los cante mientras camino, al hacer alguna actividad o antes de dormir.


Mi proceso para realizar las prácticas sigue cambiando, pero cada vez puedo notar cómo se adentran en mi ser y soy muy consciente de que, cuando llegue a casa y pueda establecer mi rutina, va a ser muy hermoso volver a realizar la sesión completa.


A las personas que no están involucradas en el camino espiritual, estas prácticas les parecen extrañas, a menos que sean Yogasanas o Angamardana.

Algunos comentarios con los que me he encontrado han sido: “¿Cómo lo hace? Se ve tan tranquilo y dormido tan profundamente”. Y “¡Oh! Ha de estar demasiado cansado, mira cómo duerme”. Esto lo escuché mientras hacía Shoonya en un descanso.

Y algunos comentarios directos después de verme hacer Shambhavi: “¿Qué fue eso que hiciste? Te veías demasiado tranquilo y como transportado a otra dimensión. Parecía que ya no estabas en tu cuerpo”.


Cada vez que recibía estos comentarios o los escuchaba de las personas que estaban cerca, me hacían pensar en mi proceso interior. Sí, noto la diferencia, y esa diferencia también se percibe en el exterior y se hace notar en cierto nivel corporal y energético, por eso las personas a mi alrededor lo ven y debe resonarles de alguna manera en su proceso de vida.


Reflexiones

Hace algunos días recibí un comentario de un lector en la entrada de Tailandia quien, al igual que yo, estuvo viajando y haciendo sus prácticas de yoga.

Es muy inspirador ver cómo alguien resuelve la cuestión de realizar sadhana de una forma más dedicada y completamente comprometida, y que esto sea la base de su día a día.


Me quedé pensando en por qué yo no lo había priorizado sobre cualquier otra actividad y me di cuenta de que, en varios sitios, sí tenía el espacio y el tiempo para realizar la sadhana, pero simplemente no lo hice.


No me siento culpable o mal al respecto y, en mi introspección, no encontré una respuesta a por qué no la prioricé o por qué no la realicé, pero el sentimiento con el que me encontré fue la desidia que uno siente a veces, cansado de viajar, y simplemente no tiene ganas de hacer ciertas actividades.


Sé que la sadhana me ayuda a encontrar un mejor equilibrio y a sentir mayor energía para realizar cualquier actividad, pero hay veces en las que esa inexplicable sensación que nos limita a accionarnos nos da mil pretextos para no hacer las cosas. Por ejemplo: "¿El AUM o Shakti Chalana Kriya harán demasiado ruido? ¿Despertará a los otros huéspedes? Si me encuentran realizando alguna kriya, ¿qué pensarán? ¡Estas personas son de una cultura alejada del mundo espiritual y estas prácticas les parecerán raras!".


Con estos pretextos me he enfrentado. Hay veces en las que sí he logrado evadirlos y realizar las prácticas, otras no. Esto es lo hermoso de viajar con yoga en la mochila: te enfrentas a situaciones distintas, miedos, diversas culturas, sitios diferentes que te hacen cuestionar y madurar respecto a cómo resolver una situación. Y esto es algo muy valioso de la sadhana, el aprendizaje de que no importa qué situación tenga, dónde o con quién esté, si hice mis prácticas o no, lo importante es que todo mi ser se encuentre bien.


Respiro en Vietnam

Tuve una semana de estancia en Cat-Ba, Vietnam. Y en esta hermosa isla estuve apoyando al Sr. Ba en actualizar la página web de su negocio de tourismo. En esa semana tuve la oportunidad de realizar Surya Shakti, Shakti Chalana, Shambhavi y Shoonya. Y qué sorprendente y hermoso fue sentir de nuevo el poder de este combo de prácticas; me energicé otra vez y una nueva sensación en mi respirar y mis pulmones se hizo notar.


El impulso y el bienestar que se siente refuerzan la razón para realizar las prácticas. Que además me dan beneficio corporal, energético y de experiencia de vida.


¡Para el próximo viaje ya he escogido un hostal donde sí hay espacio y se practica yoga!

Toca prepararse para el camino de regreso a México y enfrentar los nuevos retos que vienen!


 

*Yogasanas, Surya Shakti y Angamardana son prácticas de Hatha Yoga.


*Kriya: proceso energético.



*Shakti Chalana Kriya es una práctica de pranayama o técnica de respiración, va incluida en el programa Shoonya Intensive.


*Shoonya es un tipo de meditación.


*Sadhana: práctica de yoga.










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